Editando textos
(no la vida)
No sé si después de cinco años y medio alguien sigue por ahí pero hace unas semanas que vengo pensando en volver a publicar, así que acá estoy.
¡Hola!
A todos los que vuelven después de todo este tiempo, a los que nunca se fueron y entraron regularmente al blog para ver si había algo nuevo para leer y a los que acaban de llegar.
Todos son bienvenidos.
Como decía al principio, pasaron más de cinco años y estuve viendo las cosas que escribía, cómo escribía, y debo decir que he sentido mucha vergüenza. Cuando empecé a escribir, la mayoría de las veces no releía los textos antes de publicarlos y tampoco sabía todo lo que tuve la suerte de aprender en estos años de ausencia.
Ahora, en mi repaso por lo que publiqué, he visto tantos errores (algunas erratas son imperdonables) que me planteé borrar todo y empezar de cero pero medité mucho al respecto y me di cuenta de algo muy importante.
Esos errores también son parte de mí, esa soy yo, con mis fallas, dispuesta a exponerme a su lectura, mostrándome vulnerable, siendo sincera y fiel a mí misma. No puedo borrar lo que fui y tampoco puedo editar mi vida porque cada error me enseñó algo, me hizo entender algo, me hizo crecer. Sencillamente, no puedo hacer borrón y cuenta nueva.
Aprendí a editar mis textos pero no voy a editar mi vida para que olviden que he cometido errores (incluso, de aquellos que hoy considero imperdonables). Quiero que todos puedan apreciar mi crecimiento, como yo lo he apreciado en estos años. Así que los viejos textos de mi vieja yo se quedan aquí, publicados, para que nadie, ni ustedes ni yo, pueda olvidar que la vida es un continuo aprender y crecer, cambiar y mejorar, siempre siendo fiel a uno mismo.
No voy a borrar nada pero nuevos textos y
nuevas versiones de los viejos textos vendrán pronto para que mi crecimiento y
mi aprendizaje queden tan expuestos a sus ojos y a su lectura como lo están mis
fallas.
¡Gracias y perdón!
Popis