Estar
bien con uno mismo y amar
Sólo cuando estás bien contigo
mismo puedes estar bien con los demás.
Sólo cuando manejas tu soledad
puedes manejar una relación.
Necesitas valorarte para valorar.
Quererte para querer, respetarte
para respetar, y aceptarte para aceptar, ya que nadie da lo que no tiene dentro
de sí.
Ninguna relación te dará la paz
que tú mismo no puedes crear en tu interior.
Ninguna relación te brindará la
felicidad que tú mismo(a) no construyas.
Sólo podrás ser feliz con otra
persona cuando seas capaz de decirle bien convencido: “No te necesito para ser
feliz”.
Sólo podrás amar siendo
independiente, hasta el punto de no tener que manipular ni manejar a los que
dices querer.
Sólo se podrá ser feliz cuando
dos personas felices se unan para compartir su felicidad, no para hacerse
felices la una a la otra.
Para amar necesitas una humilde
autosuficiencia, necesitas autoestima y la práctica de una libertad
responsable.
Pretender que otra persona nos
haga felices y llene todas nuestras expectativas es una fantasía que sólo trae
frustraciones.
Por eso, ámate mucho y madura… Porque
cuando vos lo hagas habrá alguien que este en tu misma situación y podrán
compartir la felicidad que cada uno tiene con el otro.
Con este texto volvemos un poco a centrarnos en nosotros mismos, en buscar nuestra paz interior, a gustarnos a nosotros mismos para poder gustarle a los demás. La ecuación es simple, si no nos aceptamos como somos nadie nos aceptara; así que ámate con tus defectos y virtudes, porque tarde o temprano llegará alguien que también pueda hacerlo.